El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.
Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.
Prostíbulos, inmigrantes y catalanes: más gasolina para el fango
Cuando acabe la infamia de los prostíbulos, preparémonos para una campaña despiadada, brutal y bárbara contra la inmigración. Vox, pura voz de sus amos, en la mejor estela de los neofascistas franceses, italianos o húngaros, sin olvidar las redadas trumpianas, ya ha iniciado de frente su ataque sin freno
El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.
Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.
Está pasando delante de nuestras narices, nuestros ojos y nuestro entendimiento y hay quien no quiere verlo. Es la conjunción orquestada, compartida, encadenada, programada, estructurada de todas las fuerzas de la derecha mundial pero también de la española, más casposa, insultante y pirata con pata de palo y parche en el ojo. Están al abordaje y no quieren prisioneros. Cuentan, además, con el viento de popa del populismo o neofascismo mundial, algún día acertaremos con el adjetivo, que empuja y empuja, Pero sobre todo, porque la granizada cae sobre nuestras cabezas, entendamos lo que ocurre aquí, en aquesta pell de brau. Cuando un jefe nombra al Arropiero como su edecán en el campo de batalla, auxiliado en las bandas por el Sacamantecas y la envenenadora de Pollensa, de todos es sabido cuál será el nivel de ética y moralidad de la banda en su conjunto.
Veamos, primero, el frente de las derechas políticas patrias, esa división acorazada que cuenta con sus tanques, su infantería y hasta el apoyo aéreo. Va a ser inasequible al desaliento de hoy hasta las próximas elecciones, sean cuando sean. Así que si la izquierda quiere sobrevivir, si pretendemos que esta ola reaccionaria no nos aplaste, habrá que articular una defensa extrema, pero distinta y personalizada para los ataques feroces de esas piezas perfectamente ensambladas de la maquinaria de guerra implacable que han ejercido desde el momento en el que Sánchez asumió el poder, pero que se ha agudizado hasta el fanatismo y el odio en los últimos meses. La resistencia puramente política es la más obvia de todas. De portavoz a portavoz, elíjase el armamento para el duelo a primera sangre: la palabra, el puñal, el kalasnikov o la bomba atómica. El PP –¿qué esperar de Vox, qué de Abascal y sus tigres de Bengala?- ha decidido moverse entre las armas semiautomáticas y las bombas de racimo. Deberá mirarse bien en el espejo el PSOE y examinar con lupa si tiene en sus filas a equivalentes sicarios de la violencia más extrema, capaces de las mayores infamias como demuestra, día a día, ese canallita encubierto que es Núñez Feijóo, piloto descarado de la infamia ya practicada en Galicia, y sus aguerridos gurkas. Porque a lo mejor conviene emprender la tocata y fuga ante la salvajada continua y elegir la vía de los oídos sordos ante las palabras soeces, o bien utilizar el arma de la ironía o, quizá, del sarcasmo. Hay que tener una cuadra muy bien dotada para responder con pujanza a las coces de los adversarios.
Respecto al ámbito judicial, las respuestas son más difíciles. La izquierda tendrá que reforzar su equipo de abogados y tratar de taponar, con mil recursos, las vías que han decidido abrir a diario los excelentísimos señores justicieros de las togas. Van a dosificar y a dispersar los ataques. No va a haber semana sin una nueva filtración de la UCO y el juez Puente, ya sea con Cerdán, con Ábalos o Koldo García. Y cuando no sea Peinado el que ataque a la esposa del presidente o al ministro Bolaños, será el juez Hurtado al fiscal, a la espera de la espectacular entrada en escena del juez Marchena para intentar descarrilar la amnistía a los responsables del procés catalán, guerra a muerte contra el Constitucional. ¿Respeto a las leyes? Dejen al Ojo que se carcajee. Será durante meses la bota malaya, que no gota, o la gota, ésta sí, china. O sea, golpe de estado blando, por llamarlo de alguna manera, que es de esperar que no haya balaceras.
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